El cultivo de la deliciosa lechuga está actualmente en alza, de gran sabor, ricas en vitaminas como la A, E y C y sumamente rentables para la producción a gran escala hace a la lechuga una hortaliza altamente viable para la cosecha, ya sea en casa o para cultivos más avanzados.

La lechuga requiere de pocos cuidados especiales y su crecimiento es sumamente rápido, dando cosecha prácticamente en todo el transcurso del año.
Si quieres saber todo lo que respecta a cómo sembrar y cultivar lechuga desde la comodidad de tu hogar, este artículo no te lo puedes perder.
Índice
Cómo plantar lechuga en casa
La plantación de la lechuga casera es muy fácil, de gran rentabilidad e inclusive hasta decorativa, no se puede pedir algo mejor y además hoy te diremos como hacerlo.
Lo que debes tener para hacer tu propio cultivo de lechuga en casa es lo siguiente:
- Humus de lombriz.
- Maceta rectangular con drenaje de al menos 30 cm de profundidad.
- Abundante agua.
- Acceso a la luz solar.
- Semillas de lechuga de la especie preferida.
Una vez tengamos todos estos elementos podemos iniciar con el proceso de cultivo, dentro de poco tiempo tendremos lechugas listas para el consumo. El proceso para plantar lechugas en casa es el siguiente:
- Preparamos la maceta que necesitará (dependiendo de la cantidad de lechuga) un buen espacio de al menos 30 cm de profundidad y diametro por planta.
- Mezclamos un poco de tierra fertilizada (no arcillosa) con abundante humus, el cual dará suficientes nutrientes a la planta para desarrollarse.
- Seguidamente plantamos nuestras semillas en proporción de 1 y ½ cm de profundidad (aprox) y al menos 25 – 30 cm de separación una de otra.
- Regamos abundantemente el terreno sin crear charcos.
- Disfrutamos de un trabajo bien hecho.
Una pequeña nota que agregaremos es que no necesariamente debes utilizar una maceta, si tienes espacio en casa perfectamente puedes hacer surcos poco profundos en la tierra, preparar con humus y continuar el proceso antes mencionado sin ningún problema.
Cuidados de la planta de lechuga
Una planta de lechuga requiere realmente pocos cuidados especiales además de los normales en cualquier planta. A la lechuga le va muy bien la humedad, de hecho es recomendable mantener humedad constante en todo el cultivo mientras la planta dure.
En lo que refiere a plagas e invasores oportunistas debemos prestar mucha atención a las babosas que son el principal enemigo de las lechugas, además de tener variantes que pueden atraer enfermedades con una supervisión constante tendremos suficiente.
En caso de detectar que las hojas de lechuga del cultivo presentan agujeros sin causas visibles, debemos revisar la conexión de las hojas donde suelen esconderse insectos pequeños como el pulgón. En caso tal podemos comenzar por lavar las hojas con abundante agua fría y jabón eco amigable.
Abono y riego
A pesar de ser una planta que requiere muchos nutrientes, una buena composición de humus para la tierra surtirá de todos los componentes que la lechuga necesita y más, por lo que podemos espera una buena reposición de la planta que podremos cosechar una cuantas veces.
Tal vez toda la magia de la lechuga está en el regado de la misma, es uno de los temas al que debemos prestarle atención sin pasar por alto ni un solo día. El riego de la lechuga debe ser diario sin falta ya que a falta de buena humedad la lechuga comenzará su fase de maduración y en este momento deja de ser agradable al consumo.
Que la planta requiere buena condición de riego no quiere decir que se pueda encharcar la tierra a placer, el buen drenaje del suelo es esencial para un correcto desarrollo.
Cosecha de lechugas
La lechuga puede ser cosechada prácticamente en todo momento del año a partir de sus primeros 20 días, es importante recordar quitar las hojas que tienen un tamaño ideal, así la lechuga se regenerará nuevamente, retrasando su proceso de maduración y pudiendo cosechar nuevamente mucho más tiempo.

Otro factor importante en la cosecha de la lechuga es que debemos dejar al menos unos 4 cm siempre, para que esta pueda regenerarse, además debemos regar abundantemente antes de realizar la cosecha, con al menos 8h de anticipación.
También es posible arrancar completamente la planta de lechuga una vez toda la cosecha tiene el tamaño esperado, evitando cosechar cuando la lechuga comienza a separar sus hojas y su tallo comienza a elevarse, porque en esta fase se encuentra madura e inicia el periodo de producción de las semillas, en esta fase la planta tiene mal sabor.
Lechuga hidropónica
Una característica muy interesante de la cosecha “new age” es el término de las cosechas hidropónicas o cosechas sin suelo, de la cual la lechuga es una de las principales candidatas gracias a su facilidad para cosechar, pocos cuidados que requiere, rapidez de crecimiento y sobre todo por su resistencia particular de las raíces de la que ya te contaremos más.
Para entrar en contexto, como dato curioso además, repasemos un poco sobre las cosechas hidropónicas. Resulta que las plantas realmente no necesitan el suelo para crecer, lo que ellas utilizan son los nutrientes que se encuentran en el suelo como el fosforo, hierro, zinc, entre otros que, al contacto con el agua se disuelven.
Cuando los nutrientes se disuelven las plantas pueden absorber estos nutrientes a través de sus raíces, ¿Qué pasaría si nosotros mismos le damos a la planta estos nutrientes ya disueltos en agua? ¡Exacto!, podemos cosechar lindas plantas sin necesidad de suelo.
El único problema es que a veces algunas plantas les falta la oxigenación en las raíces, pero resulta ser que la lechuga no suele sufrir de este efecto secundario y tiende a crecer muy hermosa tal cual si fuera cosechada en suelo fértil.
Esto es sumamente interesante ya que abre las posibilidades a cultivos de lechuga en zonas desaprovechadas o donde los recursos de suelo no son suficientes, como tejados y regiones montañosas, lo que haría de lugares así ecológicamente amigables y además económicamente productivos ¡Fantástico!.